BALLESTEROS DE MARTOS ("La Mañana" del 10 de desembre de 1918)



[...]las obras [...]son de una virilidad, de una pujanza, de una intensidad que en nada parecen ser hijas de un temperamento femenino, antes al contrario, se las creería engendradas por la rebeldía moceril de un púgil de las luchas estéticas.




[...] no son cuadros que se juzgan; son cuadros que se sienten. Hay que poseer un alma lírica; hay que ser sensitivo. Si el latigazo de la emoción no ha sacudido el espíritu, esos cuadros han de parecer absurdos y falsos, pictóricamente considerados; porque lo que hay en ellos es el tesoro imaginativo y sentimental de una mujer prodigiosa, que siendo muy mujer es también muy artista.


Pilar Montaner no sólo sabe ver el paisaje, sino que lo siente y, además, sabe expresarlo como lo ve y lo siente, rara cualidad que sólo logran alcanzar los grandes artistas.
Esta es una pintura realista, en la que la autora, sin prejuicios ni preocupaciones, se entrega por entero, ansiando fundirse con el natural, arrancar los secretos estériles con que la realidad le embriaga. Y lo consigue; porque esa misma embriaguez que ella sintió al pintar sus cuadros, la sentimos nosotros al contemplarlos.
                                                                                   
                                                                                     Ballesteros de Martos